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El Cuauhtinchán

Sección de vestigios que tiene una mayor relevancia en la Zona Arqueológica de Malinalco, derivado de la complejidad y calidad de sus construcciones, y por la naturaleza de las actividades a las que fueron dedicadas, de tipo bélico o áreas de salones de consejos.
 
Malinalco fue un espacio sagrado y según su significado fue "La morada de los valerosos y fuertes hombres", "Lugar donde se encuentran los excelsos guerreros águilas y ocelotes", "Los de ánimo invencible" y "Los representantes del sol en la tierra", entre otros. Todos en su conjunto, hacen referencia a la élite de guerreros mexicas que realizaban algunas actividades de corte militar en dicho lugar.
 
El sitio fue conquistado por los mexicas en 1476, aproximadamente. Su importancia estratégica obedeció a que desde su construcción se le concibió como una guarnición militar fortificada. Sus edificaciones cumplían una importancia crucial, como puestos de vigilancia para un adecuado control estratégico y tributario, pues desde ellas se puede observar claramente al valle de Malinalco en su totalidad.
 
El valle de Malinalco era una ruta natural de comunicación, comercio y flujo de productos tributados con el centro del imperio mexica. Por ahí procedían toda clase de mercancías de la región de Tepecoacuilco y zona Tlahuica (actuales estados de Guerrero y Morelos), como aves de preciados plumajes y cobre, entre otros metales y objetos que era utilizados en forma permanente. De ahí su importancia.
 
En 1521, cuando la ciudad de Tenochtitlan fue sitiada, la región de Malinalco sucumbió ante el ejército español a cargo del capitán Andrés de Tapia, tal como lo narra el propio Hernán Cortés en sus Cartas de Relación dirigidas al Rey de España Carlos V.