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Mágica huasteca potosina

Anécdota: La clave del amor.

Recuerdo haber tomado la mochila decidida a olvidar un amor ingrato. ¿A dónde iré? ¿Necesitaré mucha distancia para olvidar?; bien, ganó Xilitla y la Huasteca Potosina. Y si al mal paso hay que darle prisa, a lo bueno…a lo bueno no hay que hacerlo esperar. A las 8 am tomé el autobús desde la terminal del norte en la Ciudad de México. Ocho horas de camino en medio de la sierra ¡Por Dios, hay cosas peores que un dolor de amores!, ahora lo sé; el estómago no dejaba de estar revuelto y ya sólo quería llegar, ya no me importaba a donde, sólo llegar. Eran las 4 pm cuando finalmente llegué a Xilitla; busqué hospedaje y pasé una apacible noche. En los siguientes días pude conocer el Castillo de Edward James, conocido en todo el mundo por sus construcciones surrealistas que se pueden dejar entre ver en medio de la naturaleza. Pude maravillarme con sus bellezas naturales como la Cascada de Tamul, Cascadas de Tamasopo, Cascada de Micos, Puente de Dios. Y pude observar el espectáculo que te brinda el Sótano de las Golondrina. Pero en realidad, lo que más me gustó fue su gente; el domingo pude observar a todo el pueblo de Xilitla bailar, justo en el centro del pueblo, una gran cantidad de huapangos; pero no sólo lo observé, pude aprender un poco gracias a la amabilidad de las personas que me invitaban a bailar. Con un poco de nostalgia, como quien deja su hogar, me dirigí a la terminal para tomar mi autobús de regreso. Ahí conocí a dos viejitos demasiado amables; ambos eran esposo; yo llevaba horas esperando de pie; él, se levantó y me pidió de favor que me sentara, yo me negué, pero insistió tanto que acepté, platiqué con ellos por un largo rato. Él terminó cargando a su esposa en las piernas. En ese momento comprendí que el verdadero amor se basa en la amistad, esos dos viejitos eran los mejores amigos; reían y se trataban con respeto; finalmente nos despedimos y yo subí a mi autobús. Alguna vez leí, o soñé, que el viajar cura, a mí me curó la huasteca; me devolvió la capacidad de asombro, la esperanza y las ganas de salir de nuevo a comerme el mundo, esto me pasó en algún viaje, pero estoy segura de que a ti te están esperando las repuestas, porque no importa cuál sea tu pregunta, seguro viajar siempre será la respuesta.

Fuente: Karla Monserrat Chavira Romero

Lic. Ciencias de la Comunicación

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