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Peñamiller

El nombre de Peñamiller se traduce como "Piedras al Millar" o "Cerro de Peñascos" y le fue dado por el teniente coronel de Virreyes, Don José de Escandón y de la Helguera; debido a la semejanza que guarda el cerro que se levanta al oriente de la población y que lleva el nombre de "El Picacho" con otro que se levanta en el Principado de Asturias, España, en el Consejo de Peñamellera Baja; el cual se encuentra rodeado de un abrupto relieve determinado por los valles de los ríos Cares y Deva, que confluyen cerca de panes bordeando el extremo oriental de la Sierra de Cuera, sirviéndoles de marca la Pica Peña Mierera, así llamada en honor al señor de Mier que en épocas pasadas fuera propietario del terreno y de donde ambos consejos adquieren su nombre, Peñamellera Baja y Peñamellera Alta. La nueva Subprefectura del distrito de Tolimán oficialmente recibió el nombre de "Santa María de Peñamillera", del cual se derivó la palabra "Peñamiller". Según los estudios realizados recientemente, el actual municipio de Peñamiller estuvo poblado por grupos serranos desde hace más de veinte siglos, así lo demuestran los petrograbados que se encuentran en la rivera del río Extorás, los que tienen dicha antigüedad. Otra evidencia son los objetos y figuras de cerámica de personajes encontrados en La Plazuela, Camargo y Alto Bonito, que datan del Siglo VIII. Estos objetos tienen influencia Tolteca y entre las que se encuentran figuras femeninas que pueden ser sacerdotisas, de una gran señora o diosa "Quechquemitl" y un enredo alrededor del cuello y en las orejas unos pendientes largos y grandes, pipas y diversos animales. También se encuentran los petroglifos y petrograbados de Río Blanco, El Soyatal, El Mirador, El Puerto del Cobre, La Mesa de los Chilitos, La Cueva del Caballo y La Cruz del Milagro. En las minas que han sido redescubiertas y trabajadas, preferentemente en el Soyatal, se han encontrado algunos utensilios que posiblemente fueron usados por los indígenas para extraer los metales. Se cree que los mineros prehispánicos tenían conocimiento del uso del mercurio para separar el oro de la plata y otros metales. El cinabrio era comercializado para los ritos religiosos y pinturas; éste era objeto de una extensa comercialización que se puede remontar al final del clásico y principios del posclásico (800 a 900 d. C.) en el auge de los grupos serranos. Posteriormente estos grupos serranos debieron abandonar la región por motivos ignorados. Finalmente en el siglo XIII hacen su aparición los pames, grupos chichimecas que se ubicaron en la micro región de San Miguel Palmas; y los jonaces, que se asentaron en los cerros de la Media Luna, la Tembladera, el Extorás y El Portugués. Estos grupos procedían de árido américa en busca de mejores lugares para su subsistencia.

Época Colonial:

Los primeros españoles que llegaron a esta región fueron encabezados por Don Nicolás de San Luis Montañéz, quien con su nombramiento de 1557, como capitán de chichimecas, y reconocimiento de su nobleza como hijodalgo, realizó sus expediciones de conquista por la Sierra Gorda y regiones del interior. En la época de la conquista y de la colonia ocurrieron acontecimientos históricos peculiares. Al poniente del municipio se asentaron los pames, grupos chichimecas que no ofrecieron resistencia a la llegada del Bachiller Don Jerónimo López de los Ángeles, procedente de Xichú, quien fundó la misión de San Miguel Palmas. Tras un corto periodo se ausentó en 1684, por motivos ignorados hasta el momento, y como consecuencia de aquella renuncia se suscitó en la sierra un hecho sin precedentes: los mismos indios convertidos, quisieron adoptar la civilidad que les ofrecían los dominicos. Se presentaron en Soriano en repetidas ocasiones requiriéndole a los dominicos un misionero para su comunidad. Especial mención merece en el siglo XVIII, la conquista y pacificación de la Sierra Gorda. Dicha región era conocida como "€œuna mancha de gentilidad en el centro de la Nueva España"€, debido a la abundante cantidad de tribus chichimecas, muy en especial pames y jonaces, que hicieron de esta serranía su baluarte. En este vasto y abrupto territorio tenían su guarida estos aguerridos indígenas, entregados a la más abierta gentilidad y a la práctica sostenida de sus formas religiosas, ejercitando la guerra y dedicados a la depredación. Los intentos agustinos y dominicos poco sirvieron para reducir a estos indómitos hombres. La corona española, con tal de ver pacificada la región, alentó expediciones para que realizaran incursiones armadas. Se tiene memoria de la de Martín de Zavala por los años de 1623 a 1637; la de Jerónimo de Labra, "€œel mozo"€, por el año de 1682; la de Francisco de Zaraza y Arce por los años de 1691 a 1704; la incursión del General Francisco Guerrero de Ardila, por los años de 1715 a 1720, y finalmente, la del Teniente de Capitán General José de Escandón y de la Helguera (1699-1770), quien irrumpió en la Sierra Gorda con arcabuces, mosquetes, lanzas y espadas el año de 1728 y concluyó en 1748, año en que libró la última batalla de la guerra chichimeca, en el cerro de la Media Luna. Con ésta, se cerró un ciclo de más de 100 años de lucha contra los gentiles. En esta batalla se capturaron 173 prisioneros, mismos que fueron materialmente arrastrados desde esos parajes, a los obrajes de Querétaro y condenados a trabajo perpetuo. Es necesario decir que varios de los indios jonaces murieron en el trayecto por las condiciones en que se dio el violento traslado. Se tuvo la oportunidad de encontrar al vicario provincial Fray Felipe Galindo, viceprovincial y ministro nombrado por el Virrey Sr. D. Gaspar de la Cerda Sandoval y Mendoza, Conde de Galve, para la conquista espiritual de la Sierra Gorda, quien vino de México en compañía del R. P. Fray Luis de Guzmán, notario Fray Juan Gutiérrez, el Sr. Lic. Don Francisco Saraza y Arce visitador del Virrey y el camarista José Saraza. Sabiendo que varias cuadrillas de los indios mecos cercanos prometían congregarse y, ante esta buena perspectiva, resolvieron las autoridades ir a San Miguel Palmas de inmediato y se procedió a aprovechar el trabajo que había dejado el Bachiller Don Jerónimo López de los Ángeles. Refundaron la población el 17 de abril de 1691, en las riveras del río Xichú, donde desde hacía mucho tiempo se estableció un grupo de filiación pame chichimeca. Se procedió a escoger a seis personas de los más capaces e instalar el Ayuntamiento del Estado Civil, nombrando presidente, gobernador, alcalde, regidor, fiscal y sotafiscal; e instruyéndoles en el oficio de sus empleos para el recto desempeño de su cometido.

Posteriormente, acompañados de los habitantes del pueblo, procedieron a la demarcación y límites de la jurisdicción, que fueron: el rancho de Las Limas, de El Coyote, de Los Molinos, de El Encinal, de El Puerto de los Ramos, de La Tuna Mansa, de El Puerto del Aire, de Olveras, de El Arroyo de las Palmas, de El Carrizal, de El Frontoncillo, de Charcas y de San Diego; y se repartieron las tierras y cerros entre los habitantes para fincar, sembrar y para pastos de los animales. Su primer alcalde fue José Andrés y el primer padre capellán fue el R. P. Fray Juan Gutiérrez. A dicho lugar se le denominó "€œLa misión de San Miguel de la Cruz del Milagro"€ y se formó con 80 familias, 57 años antes que la cabecera municipal. En cambio, en el Cerro de la Media Luna y de La Tembladera se congregaron un grupo de jonaces que, a pesar de ser de la misma ascendencia, se negaron a aceptar la intervención del conquistador y prefirieron ser aniquilados antes que convertirse en esclavos. En 1742 el Coronel José de Escandón fue nombrado Teniente de Capitán General de la Sierra Gorda y sus fronteras. Años después recibió el encargo de ocupar y colonizar el vasto territorio del seno mexicano. El título nobiliario con el que la corona premió su labor en 1749, fue el de Conde de la Sierra Gorda, esto por sus grandes méritos como conquistador y como colonizador. Igualmente, para esta fecha partió de la ciudad de Querétaro con cerca de tres mil hombres para hacer fundaciones a lo largo y a lo ancho del actual territorio del estado de Tamaulipas. Escandón recibió la comisión de pacificar la Sierra Gorda por parte del Virrey Don Juan Francisco de Guemes y Horcasitas, primer Conde de Revillagigedo (1746-1755), bajo el régimen de la casa de Borbón (1682-1764), cuarto Virrey. Nació en Reinosa Santander España, fue capitán general de Cuba (1734-1746) y Virrey de Nueva España. Fue en su virreinato, como lo había sido en Cuba, un buen gobernante. Organizó la hacienda pública y otros ramos de la administración, aumentó la libertad del comercio suprimiendo determinadas restricciones y bajando las tarifas que afectaban el valor de las mercancías. Promovió la conquista del Santander, para lo cual ofreció al encargado de ella, a Don José de Escandón cuánto dinero necesitase, pero éste la hizo con sólo sus recursos. El Conde sin embargo, no se olvidó de su propio interés y reunió un caudal considerable. El 14 de diciembre de 1748, se señala como fecha de la fundación del presidio de "Santa María de la Asunción de Peña Millera", hoy cabecera municipal, con un concepto militar preventivo que hacía falta para controlar los rescoldos que hubiesen quedado después de la masacre que tuvo lugar el 22 o 23 de octubre de 1748 en el Cerro de la Media Luna.

Escandón puso empeño en instalar a soldados con sus familias en lugares estratégicos, con el fin de contener las posibles rebeliones de los indígenas y también de que éstos pudiesen aprender maneras civiles y técnicas más avanzadas de vida. Con la distribución de tierras a estos soldados, se evitaba además, el tener que sostenerlos a cuenta de la Real Hacienda. Dicha población se formó con treinta soldados y sus respectivas familias siendo 100 habitantes los que formaron la nueva población. La fundación estuvo a cargo del Capitán Don Joseph Antonio Díaz Maldonado, que por órdenes de Don José de Escandón, fundó el nuevo Presidio (Subprefectura dependiente del distrito de Tolimán) en la margen izquierda del paraje del Río Extorás, situado al poniente a 10 leguas del pueblo de Vizarrón, y a 5 leguas y media al oriente de la Misión de San Miguel Palmas. En la frontera norte del semidesierto se fundó el presidio de "Santa Maria Peña Millera". Dicha fundación fue festejada con una misa cantada con toda solemnidad que celebró el R. P. Fray Tomas Aquino Ramírez de Prado. Con facultad del Señor Escandón y en nombre de su majestad, nombró misionero máximo al Sargento Juan José de Mejía y declaró al lugar "Villa de Peña Millera de la Santísima Virgen de la Asunción". La traza de la nueva población estuvo formada de la siguiente manera: al centro de la población quedó determinado para la creación de una plaza; al norte el templo, la huerta, cementerio y convento de la Orden de los Franciscanos de la provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán, dependiendo de San Pedro Tolimán, centro evangelizador con autorización del virrey Marqués de Guemes y Horcasitas. Al oriente se ubicó, la subprefectura, y 600 varas a los cuatro puntos cardinales, fue para los solares y sus casas de los nuevos pobladores y de igual manera, cuatro sitios de ganado mayor a los cuatro puntos cardinales. En 1825 el presidio de Santa María Peña Millera obtuvo el rango de "Misión de la Orden de los Franciscanos de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán". Cabe destacar la existencia de casonas de la época de la colonia en el centro histórico, las cuales datan del siglo XIX, como lo son las casas de Don Juan Sánchez, Don Luis Olvera, Don Lamberto Rodríguez, Doña Aurora Requena y Doña Alicia Sánchez; el edificio de la subprefectura y el Templo de Santa María de la Asunción entre las más importantes. El día 12 de agosto de 1825 y de la manera más solemne, se promulgó la primera Constitución Política del Estado de Querétaro y que en su artículo 4 a la letra dice: el territorio del Estado se compone por ahora, del que han comprendido los distritos de la Capital, San Juan del Río y Cadereita.

"Peña Millera" era el nombre correcto que con el tiempo hará el actual de "Peñamiller". El 7 de octubre de 1833 la Constitución Política del Estado de Querétaro, registró a "Santa María Peñamiller" (antes Santa María Peña Millera) y es municipalidad del distrito de San Pedro Tolimán. Con el arribo de los conservadores al poder, la República Mexicana se dividió en departamentos y los departamentos en partidos y en municipalidades por lo que Santa María Peña Millera, pasó a pertenecer al distrito de Cadereita. El gobernador Don Manuel López de Ecala (1830 -1832) gobernó un poco más de la mitad del tiempo constitucional. Fue un hombre que tenía una visión muy clara de lo que su gestión debería superar: la base de la paz, era la libertad; y el cultivo del tabaco era sumamente codiciado por lo que debía dejarse libre, dando garantía de compra para la fábrica de cigarros. El impuesto y la garantía en la compra, pagaban lo que dejaba en el estanco y todavía quienes vendían afuera; pagaba la alcabala; quitaba el estanco y dejaba totalmente libre la siembra y la venta del tabaco cosechado. Esta libertad, le dio gran popularidad. Sabiendo que existían en Querétaro 600 telares, que había la capacidad de los obrajes queretanos donde se elaboraba paño corriente. Sabiendo que había mano de obra experta y calificada, resolvió crear en Querétaro una gran fábrica de paños finos, base de una futura industrialización de la ciudad. En 1831, nadie hablaba de industrializar por lo que asombra positivamente su gran visión. Como hombre rico, encargó y trajo de Francia las máquinas que sustituirían a los telares de mano y junto con la maquinaria llegó a Veracruz el personal técnico necesario. López de Ecala fue un maravilloso estadista que se adelantó más de un siglo a su época y que invirtió su propio dinero, primero en el empeño y después invitó a formar capital social para crear la industria que haría grande a Querétaro. Pero Querétaro no respondió a este esfuerzo, hubo timidez, miedo a los pronunciamientos que vendrían, temor a lo desconocido. Todo hizo que Querétaro dejara solo al gobernador y no suscribiera el capital necesario, emigrando a la ciudad de México, maquinaria y técnicos que son la base de la industria actual de casimires. Sin embargo, hubo un hombre con certera visión y gran energía que comprendió la idea fracasada, tal fue el caso de Don Cayetano Rubio. Joven español avecindado en Querétaro muy querido en la ciudad, muy certero para conocer y apreciar, que tomó la idea del gobernador para fundar lo que con el tiempo sería un gran imperio industrial y lo convertiría en un hombre muy rico e influyente. Por decenas de años, la casa Rubio fue el banco de Querétaro, donde se pudo lograr un avio agrícola o comercial. La fundación de la fábrica de hilados "El Hércules" fue el inicio de ese grande imperio y tomado de muestra la actuación del gobernador, a su vez, trajo de Inglaterra técnicos y maquinaria, sabiendo que en Querétaro, con sus 600 telares, se tenía mano de obra especializada. La fábrica se inició con 100 telares que con los años fueron dos mil; y se fabricó hilo, pero sobre todo, manta marca Hércules de distintos anchos y gruesos que clasificaron por números; hija de una tradición de más de 300 años de tejer. Más tarde el hombre de empresa, que lo fue Don Cayetano Rubio, buscó embarcar sus productos por Tampico, haciendo un camino corto por la huasteca a través de toda la Sierra Gorda y si la vida ya no le dio tiempo, su huella aún perdura en la actual carretera de la Cañada a Xilitla pasando por los municipios de Colon, Tolimán Peñamiller, Pinal de Amoles y Jalpan de Serra en el estado de Querétaro.

En 1847, con ocasión del decreto del gobierno referente a la usurpación de los bienes de la iglesia, que expidió para sostener sus leyes, ordenó capturar hombres con el fin de engrosar sus filas. Por este motivo el Sr. Eleuterio Quiroz se levantó en armas en el Pinar de San Agustín Xichú, con un considerable número de voluntarios que fuertemente acecharon a las fuerzas del gobierno en distintos puntos de la sierra, casi obtuvo la victoria en todos los combates, pues cada día mostraba más valor y energía. Pero en la última batalla, acaecida en noviembre de 1849 en Santa María Peñamiller, fue traicionado por el General Tomas Mejía con su ejército conservador y fue hecho prisionero con sus tropas. A éstas se les indultó, desarmó y dieron libertad, mientras que al General Quiroz, se le formó consejo de guerra y fue fusilado allí mismo. Para que el cadáver no se descompusiera, fue embalsamado. Posteriormente fue trasladado al Pinar de San Agustín donde el gobierno ordenó colgarlo como ejemplo de sus enemigos y ser demolido por el tiempo. En 1853 con el arribo del General Antonio López de Santa Anna a la Presidencia de la República por onceava ocasión, se creó el territorio de la Sierra Gorda con capital en San Luis de la Paz. Con esta determinación se afectaba territorio del actual estado de Querétaro. Posteriormente con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1857, este decreto deja de tener vigencia por lo que el territorio de la Sierra Gorda deja de existir. El 25 de julio de 1867, el decreto N° 19, artículo 2° cambia el nombre del Estado. En lo sucesivo se llamará "Estado de Querétaro de Arteaga", en honor al célebre José María Arteaga.

El Porfiriato:

El general Rafael Olvera, originario de Huajales, municipio de Pinal de Amoles, lugarteniente del General Tomás Mejía, quien se convirtió en cacique de la Sierra Gorda y logró amasar una cuantiosa fortuna, compró 16 grandes propiedades que lo convirtieron en dueño de vidas y haciendas, desde la Cañada en el estado de Querétaro, hasta Xilitla y San Ciro en el estado de San Luis Potosí. Esto lo convirtió en el hombre más rico del estado de Querétaro, del cual fue gobernador de 1883 a 1887; y en Peñamiller fue dueño de las haciendas de Boquillas y Extorás, la más grande del Estado con 41 036 hectáreas. El 8 de abril de 1916 Santa María Peñamiller pasó a formar parte de la municipalidad de Colón al suprimirse el distrito de Tolimán. El 16 de mayo de 1917, en la Ley Orgánica del Municipio Libre en el Estado de Querétaro, del 31 de diciembre de 1916, Peñamiller (antes Santa Maria Peñamiller) no fue consignado como municipalidad, se le asignó la categoría de Villa en la municipalidad de Colón. El 16 de septiembre de 1917, con la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Querétaro Arteaga, Peñamiller pasó a formar parte de la municipalidad de Tolimán al suprimirse la municipalidad de Colon. El 24 de noviembre de 1917, la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Querétaro indicó que Peñamiller era Villa en la municipalidad de Tolimán. La revolución mexicana se hizo presente en los distintos enfrentamientos que se suscitaron entre el ejército y los diversos grupos. En un enfrentamiento entre el ejército y los zapatistas en el Real de Xichú, murió en combate el Coronel Elías Medellín, vecino de Peñamiller, el 31 de enero de 1918. En el mes de octubre de 1918, se desarrolló una peste con el nombre de gripe. Muy pocas personas escaparon del contagio. De tantos que morían, se dio el caso que los mismos cargadores quedaron moribundos en el camino. Algunas personas la combatían con remedios caseros los cuales consistían en una toma de mezcal y limones exprimidos, de ponches de borraja, de naranja o canela con azúcar, caliente, con refino o catalán. Y como untura en la cabeza y coyunturas, se usó manteca mezclada con cal viva, rosa de castilla y tequezquite. Para combatir la tos se usaron los medios ordinarios, entre ellos muchos días se tomó agua caliente. El día 10 de febrero de 1920 se llevó a cabo la bendición de la reedificación y decorado del Templo de Santa Maria de la Asunción de Peñamiller. La obra la emprendió en 1918 el Pbro. Ignacio Martínez, quien después de formar la junta local para deliberar lo referente y concerniente al trabajo material del templo, le encomendó el trabajo al artista de pintura Don Manuel E. Olvera, originario de Querétaro y vecino del pueblo de Peñamiller. El 7 de junio de 1924, bajo el decreto de Ley N°. 20, a Peñamiller se le otorgó la categoría de Delegación en la municipalidad de Tolimán. Los habitantes de los poblados que trabajaban en terrenos de las haciendas fueron organizados por el líder nato Genaro Hernández Gallegos (1891-1944) para que, conforme al artículo 1° de la Ley del 6 de Enero de 1915, y artículo 27 de nuestra Constitución, se les dotara de tierras ejidales, ya que estas habían sido usufructuadas por varios hacendados bajo la complacencia de gobiernos anteriores. Esta lucha rindió frutos hasta 1930.

El 22 de octubre de 1931, por decreto número 86, artículo 1, se creó en la municipalidad de Tolimán, una nueva delegación que se denominó "Villa Zapata". Esta quedó formada por toda la extensión territorial que comprendía la antigua hacienda de Extorás. El 5 de noviembre de 1936, bajo decreto de Ley número 94, artículo único, se reformó el artículo segundo del decreto número 86, del 23 de septiembre de 1931, que creó la Delegación de "Emiliano Zapata". El 24 de abril de 1941, bajo decreto de Ley N° 55, se registró a "Peñamiller" como Municipio Libre con localidades segregadas del municipio de Tolimán y obtuvo la categoría de Villa. En 1955, el Pbro. Filiberto Carrillo construyó, con el apoyo de los feligreses, la torre del Templo de Santa María de la Asunción. El 1 de octubre de 1970, la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Querétaro, le da a la cabecera municipal de Peñamiller la categoría de población. En la década de los 90's, el Pbro. Ismael Rodríguez Fuertes, con la ayuda de la población, las autoridades estatales y municipales, se dio a la tarea de remodelar el templo con su atrio y de construir el teatro del pueblo, espacio público en el que se realizan actividades, deportivas socioculturales y religiosas. El 14 de julio de 1994 se creó la Delegación Municipal de Camargo, con localidades segregadas de la delegación de Emiliano Zapata y que son: Camargo, que será la cabecera, los Encinos, Milpillas, la Cuesta Colorada, Maguey Verde, la Nopalera, la Plazuela, los Morales, Loma Bonita, el Atorón, el Puerto Blanco y el Moral. El 5 de septiembre de 1994, se le autorizó a Peñamiller la creación del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Querétaro (CECyTEQ), plantel Peñamiller, que es la máxima casa de estudios en el municipio. Inició sus operaciones en las instalaciones de la secundaria técnica número 10, con 58 alumnos. El 12 de septiembre de 1995 se creó el videobachillerato de la Delegación Municipal de Camargo. El 30 de abril de 1998, Marco Antonio Morales Sánchez, fue el primer niño presidente municipal por un día, en el marco de los festejos del día del niño. Durante la celebración del concurso "€œLos niños en el Gobierno"€, por primera vez en el municipio de Peñamiller, ganó el reconocimiento a su labor estudiantil, dirigiendo por espacio de un día los destinos de Peñamiller. El 28 de julio de 2002, se creó el videobachillerato de la delegación municipal de San Miguel Palmas. El día 17 de septiembre de 2002, se creó la Delegación Municipal del Portugués, con localidades segregadas de la cabecera municipal de Peñamiller. Ya entrado el siglo XXI, a través del programa imagen urbana, se rehabilitaron las fachadas del centro histórico, incluyendo el templo de Santa María de la Asunción. Aunado a ésto, el Pbro. Francisco Javier Jiménez López, con la ayuda de la población, se dio a la tarea de mejorar el interior del templo.

Atractivos Culturales y Turísticos:

Monumentos Históricos:

Haciendas:

El municipio cuenta con dos haciendas, una en la comunidad de Boquillas y la otra en Villa Emiliano Zapata.

Arquitectura religiosa:

El municipio ofrece al visitante 8 Templos ubicados en la cabecera municipal, en Agua Caliente, Boquillas, Río Blanco, dos en San Miguel Palmas y dos en Villa Emiliano Zapata.

Arquitectura civil:

Dignos de verse son los dos edificios en la cabecera municipal y en Río Blanco.

Fiestas, Danzas y Tradiciones:   

Durante la Semana Santa se escenifica la pasión de Cristo desde 1880, con la participación de cincuenta o más actores y un numeroso contingente como ejército. Se utilizan como escenario sitios naturales en las calles del pueblo, principalmente donde se tiene la sombra de los nogales, y finalmente en el cerro del Calvario, donde se escenifica la crucifixión. Escenificación del Vía Crucis. La fiesta de mayor solemnidad es la del 15 de agosto, día que se venera a la Santísima Virgen María de la Asunción. Esta festividad en ocasiones tiene una duración de ocho días. Le siguen en orden de importancia las fiestas navideñas; así como las fiestas patrias, y el día tradicional de Todos Santos y Fieles Difuntos, tradición que este pueblo trata de conservar a su manera. La costumbre es hacer los altares en su domicilio, y adornar las tumbas en el panteón, el templo y los domicilios, donde se hace oración con devoción y recogimiento. No se han aceptado innovaciones como exhibiciones callejeras y concursos de altares fúnebres. Elección de la Flor más Bella del Ejido.

Música:  

En las primeras décadas del pasado siglo, Peñamiller fue el centro cultural regional en todos los aspectos y se apreciaron sus actividades en música y artesanías. En la cabecera municipal hubo tres bandas de música y una en San Miguel Palmas, a las que popularmente llamaban música de viento, orquesta y conjuntos. Hubo maestros de música capaces de conducir las bandas y orquesta y escribían partituras para toda ocasión: música sacra, fúnebre y popular. Ellos fueron Don Catarino Albarrán, Gerardo Hernández, y Don Lidio Albarrán. El corrido es una de las tradiciones que ha perdurado hasta nuestros días. En él se relatan hechos verídicos que se transmiten de generación en generación; datos que relatan la historia de personajes que han trascendido por sus acciones. En Peñamiller no es la excepción. Se tienen los de: Taurino López y Genaro Hernández; de Río Blanco, de Los Encinos, del Motoshí y de Peñamiller. El huapango es una manifestación coreográfica eminentemente alegre, clasificada como baile y no como danza ritual. En este baile las parejas de hombres y mujeres, sin abrazarse, sin tocarse las manos siquiera, con tan solo la intención y el sentimiento, las miradas, los giros y vueltas, y el aparente desdén femenino y el ruego de su pareja, constituyen un lenguaje codificado para requerir amores, dejando traslucir el gusto y las apetencias, cuando se siente que arde la sangre con el sol en llamas que ilumina la hermosura portentosa de la hembra huasteca. El huapango se nos presenta como un baile ejecutado sobre la tarima. Tiene como marco musical el violín, la jarana y la guitarra quinta guapanguera, y cobra vida en las parejas y conjuntos coreográficos que lo interpretan y lo preservan en el golpeteo rítmico del taconeo de sus bailadores, jóvenes garridos y hembras zalameras, que hacen vibrar las notas armoniosas de los sones huastecos; mientras los rancheros inspirados se atreven a parar la música para lanzar al viento sus décimas cadenas y trovos o versos de amor, de reto, de dolor, de picardía, de animales y de fundamento (filosófico), en donde hace su aparición el sentimiento y la inspiración de un pueblo que goza, que sufre y que sueña, pero que igualmente sabe luchar, a brazo partido, sin escatimar sudor a la fatiga. El huapango huasteco es un género musical y dancístico llamado también "Son Huasteco". Su origen lo encontramos dentro del folklore español, derivándose de los cantos flamencos, los fandangos y fandanguillos de malagueñas, zapateados, seguidillas, peteneras y de los ritmos de boleros, tangos y guajiras y otros géneros líricos y coreográficos, que llegaron a nuestro país desde el siglo XVI, apareciendo en nuestra región huasteca a fines del siglo XVII y a principios del siglo XVIII. El huapango surgió de bailes y trovas populares españolas. Se desarrolló como una expresión propia de los sectores mestizos y aún de los indígenas, dejando ver las diferencias tan grandes que existían entre al música propia indígena (de carácter religioso), a la música alegre y festiva del huapango (de carácter pagano, es decir no adoratorio). Esta tradición de bailar música de huapango está presente en la vida de los peñamillerenses que lo disfrutan en sus fiestas tradicionales de las principales localidades, como en la cabecera municipal, Camargo, Río Blanco, La Misión de Palmas, El Portugués, Los Álamos, Molinitos, y otras más. Estas son nuestras tradiciones que se niegan a desaparecer y que de ellas nos sentimos orgullosos.

Poesía:

Es digno de mencionarse que el pueblo de Peñamiller ha sido inspiración de una hermosa poesía.

Artesanías:   

En el municipio de Peñamiller se lleva a cabo la elaboración de cinturones piteados, una prenda que utilizan tanto los hombres como las mujeres para su vestuario vaquero. Por su parte la elaboración de balón cocido a mano se lleva a cabo en 20 comunidades, donde se ha preparado a la gente, para que en su propio domicilio elaboren el producto lo que les permite obtener recursos sin salir de su domicilio. Los que realizan esta actividad son principalmente las mujeres y los jóvenes en edad escolar, como complemento al ingreso familiar. También existen pequeños grupos que trabajan artesanalmente la vara de sauz y producen variados artículos, como canastas y sombreros, que se comercializan principalmente en Tequisquiapan. Estos talleres se localizan principalmente en San Lorenzo y Villa Emiliano Zapata, aunque en otras comunidades pequeñas, también hay artesanos independientes. En las comunidades de Las Mesas, El Cobre, Agua de Pedro, el Puerto de Ojo de Agua y Aposentos, aproximadamente sesenta familias trabajan la jarcería. En la cabecera municipal, se elaboran canastas de carrizo, escobas y se tejen cobijas y gabanes.

Gastronomía:   

La situación precaria de la familia del semidesierto queretano, no fue obstáculo para que las amas de casa, buscaran en los productos regionales la solución a la necesidad de alimentarse. Por este motivo comenzaron a satisfacer las necesidades de alimentación, utilizando los productos del campo, que mezclados con los tradicionales, hacen de la cocina regional un manjar de la gastronomía de Peñamiller. Cabrito al Pastor. Ejemplos de estos manjares son las cactáceas de temporada como: los chébeles de sábila, la flor de yuca, la flor de garambullo, los nopales y las botitas. Igualmente se tienen las manitas de sotol, los escamoles, las tantarrias y los gusanos de maguey. Los productos que se cultivan en las parcelas como: los quelites, las verdolagas, huitlacoche, chayotes, frijol tierno, ejotes, flor de calabaza, y elotes entre otros. Del campo se tiene el chivo tapado, la barbacoa de chivo, los chicharrones de res. En cuanto a la piscicultura se tiene: la trucha arco iris, bagre, tilapia y carpa, en sus diferentes presentaciones. Gorditas de piloncillo, pan de pulque, dulces de calabaza, dulces de biznaga, charamuscas, mamanshas, queso de mezquitamal, gorditas de maíz tierno y elotes cocidos o asados.

Centros Turísticos:   

Peñamiller es un pintoresco pueblito con menos 1 100 habitantes, un templo del siglo XIX y un antiguo Palacio Municipal. Al Oriente se levanta el majestuoso "€œPicacho"€, como fiel guardián de la población, y que además es el que le da origen al nombre de Peñamiller. Su feria está dedicada a la Virgen de la Asunción y se festeja el 15 de agosto desde 1882. Su fundación data del 14 de diciembre de 1748.

La Misión Dominica de San Miguel Palmas: Fue fundada el 17 de abril de 1691, por Fray Felipe Galindo. Este lugar es como un oasis rodeado de un abrupto relieve formado de cactus de tipo cande labros de hasta 10 metros de altura. Pintoresco pueblito entre grandes nogales, algunos de ellos de más de 200 años de edad. Su templo de principios del siglo XVIII así como una obra hidráulica "€œAcueducto"€ de 1761, son dignos de ser visitados. Además en este lugar se lleva a cabo la Feria de la Nuez, dedicada a San Miguel Arcángel, el 29 de septiembre.

Los viejos cascos de las Exhaciendas de Boquillas y Extorás que como mudos testigos de las otroras prósperas haciendas ganaderas del siglo XIX, nos muestras el auge de estos lugares que se niega a desaparecer.

El Cañón del Paraíso: De escasamente 10 metros de ancho y enormes taluds de mármol negro a lo largo de 700 metros, por donde fluyen las aguas del Río Extorás y de más de cien metros de altura, en los que se han formado cuevas de formas caprichosas. En este lugar se puede practicar el rapel, apto para quienes gozan de practicar estas emociones. Además de visitar, el Manantial de La Guayaba, los petroglifos, petrograbados y la víbora que baja a tomar agua, son algunos de los atractivos naturales que se tienen.

Balneario "El Oasis": Este lugar se encuentra enclavado en el arroyo de Higueras, rodeado de enormes montañas que invita a escalarlas con sus más de 500 metros de altura; y observar el rojo atardecer reflejado en al peña del Cerro de La Virgen. Este lugar es apto para las personas intrépidas con deseos de buscar un espacio para descansar y olvidarse del bullicio de la ciudad, acampando en la rivera del río o en la cumbre de algún cerro de los muchos que rodean el lugar. El balneario se abastece por gravedad de las cristalinas aguas del manantial que se ubica a 200 metros de distancia. Aguas cristalinas que se estuvieron embotellando con el nombre agua Peña Miller y que actualmente se aprovecha para el cultivo de peces y riego de las parcelas. Este centro recreativo está funcionando con gran aceptación y preferencia de la población de la región y visitantes. Además cuenta con restaurante, cancha de usos múltiples, chapoteadero, alberca, estanque para peces, cabañas y estacionamiento.

Las pinturas rupestres del Sol y la Luna: Estas pinturas se encuentran ubicadas sobre la margen izquierda del Río Extorás a 10 kilómetros de la carretera federal 120, frente a la comunidad de El Mirador, en los límites del municipio de Peñamiller con el de Cadereyta. Las pinturas se encuentran a 20 metros del lecho del Río del lado Norte; el sol tiene aproximadamente un metro de diámetro y la luna 60 cm. Lo característico de estas pinturas es que del lado Sur se encuentra un cerro que sobresale de otro mayor y tiene una abertura natural en forma de ventana, por donde según los lugareños, en determinada época del año, el rayo del sol pasa por el orificio de esta abertura, y se incrusta en la roca donde esta el Sol, por lo que dicen que está retratado.

Río Blanco: Pueblito escondido con abundancia de agua cristalina de manantial, la que se aprovecha para la cría de trucha arco iris en estanques. Cuenta también con yacimientos de oro, plata, plomo y zinc. Digno de visitarse es el molino giratorio de madera rústico (arrastre), que trabajó Don Gregorio Aguilar Vargas. Además tiene pinturas rupestres y cohesillos, y más de 20 bocaminas de mercurio, grutas, cascadas; un templo construido en el siglo XIX en honor de San Miguel Arcángel con su Cristo Negro. También se puede acampar en el desarrollo eco turístico del Cerro del Sombrerete, donde se pueden encontrar venados cola blanca y gozar de la vista panorámica del lugar.

Las Piedras Encimadas de Agua Fría: En este lugar se encuentra una gran cantidad de enormes bloques de roca basáltica, que al golpearlas emiten un sonido como de campana. Su formación, que están en un punto de equilibrio, recuerdan la cabeza de un indio. También se tienen en este lugar una mina de oro en el Cerro del Huacancoro. El pueblo de Agua Fría data de finales del siglo XX, tiene una arquitectura moderna donde se pone de manifiesto la cantera rosa de la región.

El Mirador de la Tembladera: Situado al a un costado de la carretera, se aprovecha para realizar recorridos por el abrupto paisaje donde se pueden observar hermosos ejemplares de biznagas de hasta 2.3 metros de altura. Desde este lugar se pueden disfrutar de las vistas panorámicas como: la Media Luna, el Cañón del Paraíso, el Cerro de la Virgen, El Picacho, el Campanario, y la Cuenca del Río Extorás.

Municipio Peñamiller

Estado Querétaro
Cabecera Peñamiller
Población 17 007 hab.
Gentilicio Peñamillerense
Municipios de Querétaro
Superficie 695 km2
Información proporcionada por el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED)
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