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La cueva de Oxtotitlán

Por más de tres décadas la cueva de Oxtotitlán, en el estado de Guerrero, ha sido conocida por sus pinturas rupestres del período del Preclásico Medio tardío (800-500 a.C.), muchas de las cuales muestran fuertes semejanzas con el arte de los olmecas de Veracruz y Tabasco. Las pinturas de Oxtotitlán fueron investigadas por el Dr. David Grove en 1968 y 1969. El profesor Héctor León de Chilapa y los aldeanos de Acatlán proporcionaron valiosa información y asistencia a este estudio. El Dr. Grove describió detalladamente las pinturas en varias publicaciones en español e inglés.

La cueva de Oxtotitlán está ubicada en una ladera aproximadamente 1 km. al este del pueblo de Acatlán, y cerca de 8 km. al norte de la ciudad de Chilapa, Guerrero. La cueva consiste de dos grutas anchas en la base de la pared de un precipicio. Las pinturas ocurren en tres áreas: dentro de la Gruta Norte, dentro de la Gruta Sur, y sobre la pared del precipicio en el área entre las dos grutas (el Grupo Central). Las pinturas de la Gruta Norte son generalmente pequeñas y hechas en un pigmento negro sobre el color gris oscuro de las paredes de caliza de la cueva, lo que hace que algunas de ellas se vean con dificultad. En contraste, las pinturas de la Gruta Sur están hechas generalmente en pintura roja y consisten principalmente de diseños geométricos y sencillos. El Grupo Central consta de dos murales grandes de policromo hecho en la pared del precipicio. En 1969, el Dr. Grove tomó fotografías de varios fragmentos de textiles los cuales fueron encontrados en la cueva según los aldeanos de Acatlán.

Numerosas personas visitan la cueva de Oxtotitlán cada año. Desgraciadamente, algunos de los visitantes han sido descuidados y han abusado de la cueva y las pinturas, dejando basura y graffiti. Por el año 2000, la cueva y las pinturas se encontraban en condición muy pobre. Afortunadamente, en el año 2002 la Restauradora Perito Sandra Cruz, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, INAH-Churubusco, empezó un ambicioso proyecto para la conservación de las pinturas de la cueva. El graffiti y los daños causados por los pasados visitantes han sido eliminados y muchas de las pinturas han sido limpiadas cuidadosamente y preservadas. Además, los aldeanos de Acatlán han asumido el importante papel de dar vigilancia y ser guardianes de la cueva y sus pinturas. Son muy bienvenidos los visitantes, pero ahora la cueva está protegida por una gran cerca con portones con candados, y las personas que desean visitar la cueva primero deben registrarse en el palacio municipal de Acatlán para obtener el acceso.

 

Fuente: Fundación para el avance de los estudios mesoamericanos

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