La Alhóndiga de Granaditas es un edificio construido en la ciudad de Guanajuato, en el estado de Guanajuato, a finales del siglo XVIII, en tiempos del virreinato, fue empleado como almacén y comercio de granos (es decir, una alhóndiga). En este edificio se gestó la primer batalla insurgente que dió inicio a la Guerra de Independencia. Actualmente es sede del Museo Regional de Guanajuato.
Su construcción inició en 1796, por orden del virrey Miguel de la Grúa Talamanca de Carini y Branciforte, proyectado por el arquitecto José del Mazo y Avilés. Los encargados de los trabajos fueron el maestro Juan de Dios Trinidad Pérez y Francisco Ortiz de Castro. Fue concluida el 7 de noviembre de 1809. Su fin principal era el almacenaje de granos, pero esa función duró poco, ya que a los pocos meses, en septiembre de 1810, la ciudad fue tomada por los insurgentes.
Durante la toma de la ciudad, el 28 de septiembre del mismo año, las tropas realistas comandadas por el intendente del centro minero de la ciudad, el militar Juan Antonio Riaño, se acuartelaron dentro de la alhóndiga para resistir a las fuerzas insurgentes comandadas principalmente por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende y Unzaga, Juan Aldama, Mariano Abasolo y Mariano Jiménez. Al movimiento insurgente se habían unido un contingente de trabajadores mineros, por lo que uno de ellos, de nombre Juan José de los Reyes Martínez Amaro, apodado El Pípila, tomó como caparazón una losa de piedra que cargó a su espalda para cubrirse del fuego cruzado, con lo que llegó hasta la puerta de la Alhóndiga y le prendió fuego con una antorcha y unas varas de ocote, lo que permitió que el ejército insurgente pudiera entrar al edificio, vencer a los realistas y tomar la ciudad. Todos los realistas, en su mayoría familias peninsulares de los alrededores refugiadas en el edificio, fueron masacrados, y la Alhóndiga saqueada, al igual que el resto de la ciudad de Guanajuato.
Después de muertos los héroes independentistas: Miguel Hidalgo, Juan Aldama, Ignacio Allende y José Mariano Jiménez, sus cabezas fueron colgadas dentro de jaulas de cada una de las esquinas de la alhóndiga el 14 de octubre de 1811, donde duraron expuestas hasta marzo de 1821, al borde de la total liberación del dominio español.
Mide 75 metros de largo por 68 de ancho, con una altura de 23 metros y ocupa un área de 5100 metros cuadrados. Está construida sobre una loma y dos de sus lados están flanqueados por dos cerros, producto de la geografía accidentada de la ciudad.
En el exterior no tiene adornos, con excepción de las ventanas ubicadas a lo alto de cada troje; además tiene una cornisa de estilo dórico, construida con las dos clases de cantera de la región, verdosa y rojiza. Esto le da un curioso aspecto de casa fuerte o castillo, y así lo llegó a nombrar el pueblo de Guanajuato.
En el interior hay un pórtico de dos altos que da a un patio central amplio y espacioso; el pórtico inferior tiene columnas y adornos de estilo toscano, mientras que el superior es de estilo dórico, con baluastres de piedra ubicados en los intercolumnios. Tiene dos escaleras que comunican el piso alto con el bajo, y cada piso tiene trojes independientes.
La Alhóndiga tiene sólo dos puertas de acceso, una pequeña, que da al Oriente, adornada con dos columnas, y otra, más grande, del mismo estilo, al Norte, desde donde descienden escalinatas hasta una plazoleta al pie de la loma en la que está construida.
La Alhóndiga fue utilizada, primero, para la compra y venta de trigo, de maíz y de otros granos, y, después de la Independencia, como almacén de trabajo, cuartel militar y prisión. Actualmente sirve como museo: el Museo Regional de la Alhóndiga de Granaditas.