Han sido varios los nombres que se le han dado a Valle de Bravo desde la llegada de los frailes franciscanos a su territorio, el primero de ellos fue San Francisco del Valle de Temascaltepec (Temascaltepec de indios), Villa del Valle y Valle de Bravo, aunque para distinguir entre el primero de éstos y real de minas de Temacaltepec, se optó por llamarle simplemente Valle Temascaltepec, es un nombre náhuatl cuya etimología proviene de las raíces: "temazcalli":, el baño de vapor de los antiguos mexicanos, que Clavijero compara con acierto al holocausto egipcio; y "tépetl":, cerro. "Cerro de los temazcales o baños" (Olaguíbel). Temazcalli o temazcal o temascal significa: "baño de vapor", por ende, el nombre Temascaltepec, significa: "cerro de los baños de vapor" (Gutiérrez Arzaluz). El apelativo Bravo es en honor del general Nicolás Bravo, a quién se le unieron varios nativos (entre los que destacaron José Rebollar, Ramón Uriarte y Francisco Ortíz Luque) de la entonces llamada Villa del Valle para defender en 1847 el Castillo de Chapultepec, ante la invasión norteamericana. Valle de Bravo, se encuentra en el Estado de México, a 156 km al suroeste de la Ciudad de México. Recibe su nombre por San Francisco del Valle y por el general don Nicolás Bravo. Fue nombrada ciudad típica en 1971 y pueblo mágico en el 2005. Forma parte de la Región Hidrológica, Río Balsas, una de las más importantes de Valle de México, y la cual proporciona una serie de servicios ambientales, por ejemplo, las subcuencas tributarias captan y abastecen de agua a las poblaciones locales y aportan un caudal considerable que se envía a la Zona Metropolitana del Valle de México a través del Sistema Cutzamala. El pueblo obtuvo fama internacional debido a que próximo a él, en el asentamiento de Tenantongo, se realizaron el evento automovilístico Circuito Avándaro en los 60s y el concierto masivo Festival de Rock y Ruedas Avándaro en 1971.
Uno de los principales atractivos de Valle de Bravo, el lago se formó por el embalse de la Presa Miguel Alemán. Rodeado de montañas, tienes el escenario perfecto para practicar deportes acuáticos: esquí, vela, paseos en lancha o kayak, canotaje e incluso pesca deportiva. Si prefieres relajarte sobre sus aguas, también hay paseos recreativos en barcos y restaurantes flotantes para comer, beber y escuchar música con buena compañía.
Su nombre se debe a que los expositores son productores locales, provenientes de un perímetro no mayor a 160 kilómetros o 100 millas, de ahí El 100; y lo mueven cinco valores fundamentales: local, sano, justo, rico y limpio. Bajo esta premisa, ¿quién no querría adquirir todos sus alimentos aquí? Sólo productos orgánicos, encontrarás lácteos, hortalizas, frutas, productos para el cuerpo y mucho más. ¡Así que aprovecha tus sábados en Valle de Bravo!
En la parte alta de la montaña también es conocida como la torre de guardabosque. El lugar es ideal para practicar vuelo en ala delta, parapente y tándem. Aunque si prefieres no estar en las alturas, también tendrás 21 kilómetros de pista para ciclismo de montaña divididos en tres: principiantes, intermedios y avanzados. Si prefieres no cansarte, podrás relajarte con caminatas ligeras entre sus bosques, cascadas y ríos, así como hacer picnic.
La casa Carmel Maranathá se construyó en la década de 1970 por los monjes Carmelitas y comenzó a funcionar como casa de oración o casa de ejercicios en el año 1985. Su finalidad es ofrecer un espacio para el encuentro personal y espiritual a través de retiros. El lugar se encuentra ubicado en un grandioso escenario natural y exhibe una arquitectura singular. Maranatha significa "Ven Señor". Su interior se encuentra ricamente decorado por obras artísticas como pinturas y esculturas. Frecuentemente se realizan retiros privados pero diariamente las puertas están abiertas para el público en general. Dentro de las capillas se albergan piezas religiosas de exquisito gusto y valor artístico.
Servicio de apoyo:
Si el grupo no cuenta con un expositor o guía, puede perdirse con anticipación el apoyo de los sacerdotes de esta casa, quienes pueden ofrecer las conferencias o exposiciones, dar acompañamiento espiritual, confesar o celebrar la Eucaristía.
El centro de este Pueblo Mágico que, en su mayor parte fue edificado en el siglo XVI, lo tiene todo: construcciones históricas y religiosas, callejones empedrados, mercados, plazas y parques, además de muchos lugares en donde podrás sentarte a comer. Visita el Centro Cultural Joaquín Arcadio Pagaza, la Plaza Independencia, los portales, la parroquia de San Francisco de Asís y más, mientras disfrutas de una típica nieve artesanal.
Es el templo más antiguo de Valle de Bravo pues data de 1864 y está situado en el barrio más viejo del poblado, resguardan la imágen del Cristo Negro, muy venerada pues se le atribuyen un sinfín de milagros. Los pobladores dicen que el Cristo no era originalmente de ese color, pero al ocurrir un terrible incendio que provocó una gran destrucción, la figura no ardió en llamas sino que adquirió el color del humo y los salvó de que el fuego se esparciera.
Tip: Además de la hermosa arquitectura de esta edificación, te recomendamos echarle ojo a sus cuatro lienzos monumentales.
Dato curioso: Muy cerca de donde se ubica este templo también encontrarás un antiguo ahuehuete con más de 600 años de edad, que paradójicamente fue nombrado como "El Pino".
La alfarería tradicional y auténtica es la elaboración en barro café, el cual es extraído de las minas del Calvario y Barranca Seca; ha sido desarrollada principalmente por los pobladores del Barrio de Otumba.
La cerámica de alta temperatura que se elabora en el centro ceramista "Carlos Hank González" ubicado en el barrio de Otumba.
En cuanto a los tejidos, participan en esta actividad buena parte de la población otomí, mazahua y mazatlinca del municipio.
Las artesanías textiles principalmente elaboradas en lana en diferentes telares distribuidos en la población de la cabecera municipal.
El hierro forjado es utilizado para la elaboración de puertas y ventanas, así como para artículos decorativos: lámparas, maceteros, candiles, mesas, sillas entre otros.
Con la madera se elaboran diversos trabajos como: mesas, sillas, figuras decorativas, puertas, ventanas, balcones.
Se pueden encontrar también trabajos de cestería, tales como: canastos de raíz o de carrizo, petates, aventadores para el anafre y protectores para la cocina.
Entre los alimentos que se consumen a diario en el municipio se encuentran: café con leche, pan, sopas, diversos guisados, frijoles, tortillas, chile; el menú puede combinarse con carne, huevos y pastas.
Además de estos platillos se encuentra el tradicional mole de guajolote, la cabeza de cerdo y res en vapor, la trucha, la barbacoa y consomé de borrego y las carnitas de cerdo.
La cocina internacional y la esmerada elaboración de platillos de cierta complicación, hacen que algunos restaurantes de Valle de Bravo y Avándaro sean lugares de verdadero interés gastronómico.
Las bebidas más comunes y populares desde hace varias décadas han sido el pulque natural, la "sambumbia" zende y los licores de frutas de la región como el membrillo, zarzamora, guayaba, anís y el amargo.
También se preparan aguas frescas de diferentes sabores contenidas en grandes ollas; los ates y las nieves de frutas del lugar son también muy elogiadas.
Estado | Estado de México |
Cabecera | Valle de Bravo |
Población | 61 599 hab. |
Gentilicio | Vallesano |
Municipios de Estado de México | |
Superficie | 431 km2 |
Información proporcionada por el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED) |