La Cueva de los Cristales de NAICA se encuentra a 300 metros bajo tierra. Poblada de espectaculares y enormes cristales de selenita o "piedra de la luna", nos muestra su gran belleza, en un ambiente donde la apariencia de hielo contrasta -en la profundidad- con altas temperaturas. Y, a través de la magnificencia de sus cristales, nos conduce por multiplicidad de caminos: el científico, el tecnológico, el artístico, el filosófico y el de la magia de la naturaleza. Pero, también, nos confronta con una responsabilidad ineludible: nuestra obligación de protegerla y preservarla.
Escondida, a 300 metros bajo la tierra, La Cueva de los Cristales de NAICA ha esperado hasta ahora para mostrarnos su gran belleza. Una gran geoda de paredes rojas, un útero natural lleno de cristales de selenita, ó “piedra de la luna” llamada así por su color, brillo y transparencia. Tranquila y silenciosa, esta maternidad de piedra acogió lentamente el crecimiento de sus cristales al arrullo del agua, el calor, la oscuridad y el silencio durante más de un millón de años.
NAICA es un símbolo. Aparece en las profundidades de nuestro planeta cuando los seres humanos habíamos perdido la capacidad de asombro ante todo lo que en la superficie ya nos era conocido. Un viaje al interior de la tierra, pero también al interior de nosotros mismos, al invitarnos a la comprensión sobre su verdadera trascendencia y a un debate de actualidad sobre nuestra relación con la naturaleza y con nuestro planeta.
La Mina de NAICA constituye un sistema geológico particular que condiciona el mecanismo genético responsable del desarrollo de los macro cristales de yeso. Los macro-cristales se formaron bajo el agua, en un punto donde el agua termal profunda -a 52ºC saturada de sulfuros- entraba en contacto con aguas meteóricas frías y ricas en oxígeno, que se infiltraban por escurrimiento natural.
Esta agua, que no podían mezclarse directamente -debido a la diferencia de densidad- con aquellas profundas y mineralizadas, provocaban la “difusión” del oxígeno en el estrato inferior con la consiguiente oxidación de los iones de sulfuro a sulfato, con una leve sobre-saturación respecto al yeso y por lo tanto una lenta deposición. Estas condiciones singulares, crearon un fenómeno de mineralización extraordinario formando cristales gigantes de yeso purísimo, cuyo tamaño obedece a las condiciones de estabilidad durante un largo periodo de tiempo.
Este sistema, sigue vivo; procesos de cristalización dan origen cotidianamente a pequeñas formaciones de diversos minerales, aún en la superficie. Es un sistema activo, que entre otros depósitos y procesos han llenado las oquedades de la roca caliza, llena de fracturas, con cristales de selenita de magnitudes y formas extraordinarias, dando origen a las famosas Cuevas de Cristales de NAICA.
Son la expresión más extraordinaria de selenita. Por ahora, la suerte ha permitido descubrir cuatro de ellas de características y tamaños únicos, aunque sabemos que son sólo parte de un sistema más amplio del que quizá algún día, nuevamente por una circunstancia fortuita, conozcamos alguna otra.
Casi 100 años después, en abril del año 2000, en el nivel -290, se descubren otras tres cavidades naturales: "El Ojo de la Reina", "La Cueva de las Velas", y la extraordinaria "Cueva de los Cristales", un bosque de formaciones de cristal de dimensiones extraordinarias, que se convierte a partir de la fecha en un nuevo marcador geográfico del planeta.
La Mina de NAICA se encuentra en una región semidesértica del norte de México, a unos 100 m al sureste de la ciudad de Chihuahua. Es la primera mina productora de plomo y también es altamente productiva en zinc[sic] y plata, entre otros minerales. La entrada de la mina se ubica a 1385 m. sobre el nivel del mar en la ladera norte de la Sierra NAICA de 12 Km. de largo y 7 de ancho, formada por una estructura en domo de orientación noreste sureste. Está concesionada a Industrias Peñoles, empresa líder en producción de plata en el mundo.
Los orígenes de la primera concesión datan de 1794, fecha a partir de la cual fue trabajada en varias temporadas por gambusinos de la región, llevando a la fundación en 1896 de la sección municipal de Saucillo. La Compañía. Minera de NAICA, inicia la explotación formal en 1900, y la Compañía Minera Peñoles, realiza su explotación de 1924 a1928, dando entrada a la empresa "The NAICA Mines of Mexico “. No es sino hasta 1952 en que queda cargo de "The Fresnillo Co." quien en 1956 cede sus derechos a “The Eagle Picher”. En 1962, se da la mexicanización de la industria, con la Cía. Fresnillo S. A. de C. V. en asociación con el Grupo Peñoles.