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San Francisco de Campeche (Ciudad Amurallada)

Es famosa por ser una de las pocas ciudades amuralladas de América. Conserva en excelente estado su patrimonio histórico, una de las razones por la que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1999.

El poblado maya original se llamó KaanPeech (del maya: Kaan= culebra, Peech= garrapata, que se traduce: lugar de serpientes y garrapatas). Al llegar los españoles castellanizaron la pronunciación en "Campeche" y bautizaron el lugar con el nombre de Lázaro, por haber llegado un domingo de Lázaro. Luego fundarían la villa separada de la localidad maya a la cual se le denominó Salamanca y en 1540 cambió su nombre por el de Villa de San Francisco de Campeche.

De acuerdo con las ilustraciones de antiguos textos históricos de Campeche, su nombre podría deberse a que los nativos que encontraron los españoles, les dijeron que el sitio se llamaba Can Pech; este término literalmente significa "Serpiente - Garrapata" y se interpreta como el lugar donde se adoraba a la boa.

Época prehispánica:

Aunque la ciudad no fue fundada sino hasta la conquista de México por los españoles, los mayas ocuparon la región desde el 900 d. C. La zona que comprende la actual ciudad de San Francisco de Campeche estuvo bajo el dominio de Edzná, antigua ciudad ubicada 61 km al suroeste de la actual ciudad, construida por un pueblo de origen chontal, los mayas itzáes, los mismos que edificaron Chichén-Itzá. Edzná alcanzó su esplendor hacia el año 1000 d.C.

Primeras expediciones:

La crónica de Bernal Díaz del Castillo narra que pocos días después avistaron un poblado sembrado en la costa, desembarcaron cautelosamente y poniendo pie en tierra descubrieron "Can Pech". Este hecho tuvo lugar el domingo 22 de marzo de 1517. Necesitados de agua, los españoles desembarcaron con ayuda de bateles y se abastecieron en un pozo. Al acercarse los mayas, los españoles indicaron por medio de señas que venían en son de paz; el cacique de la región les preguntó si venían de donde sale el sol, mencionando la palabra "castilán". Los españoles, soprendidos ante esta palabra, respondieron afirmativamente, y cacique los invitó a su población, en donde se encendió copal. Por medio de señas, el halach uinik indicó a los expedicionarios que debían abandonar el lugar antes de apagarse el fuego. Mientras tanto, fueron llegando guerreros al lugar. Por la experiencia de Cabo Catoche, los españoles prefirieron marcharse. (Serían sorprendidos por un viento de "norte" y con el mar agitado, perderían el agua abastecida, teniendo que desembarcar otra vez para su mala suerte en Chakán Putum donde acontecería la más fuerte batalla entre mayas y españoles).

Conquista

Una vez concluida la conquista de Tenochtitlán, Francisco de Montejo viajó a España donde solicitó a Carlos V permiso para conquistar la península de Yucatán. En 1526, la corona española otorgó a Montejo el título de "Adelantado, gobernador, alguacil mayor y capitán general de Yucatán". Las conquistas de Champotón y Campeche, fueron parte de la Conquista de Yucatán, la cual se realizó en tres etapas.

En la primera etapa (1527 a 1529), Montejo incursionó por la costa oriental de la península con ayuda del capitán Alonso Dávila, a quién conocía desde la expedición de Cortés, pero fueron repelidos por los mayas.

En la segunda etapa (1530-1535), Montejo incursionó en el occidente, y logró fundar “Salamanca de Campeche” en 1531. Alonso Dávila fue enviado por Montejo a cruzar el sur la península y fundó Villa Real en Bacalar, pero esta posición tuvo que ser abandonada. El hijo de Montejo conocido como Montejo "el Mozo" es vencido en la ciudad real de Chichén Itzá hacia finales de 1534, por lo que en 1535 los españoles abandonan la península por cinco años.

En 1546, cuando la conquista de Yucatán parecía haber terminado, “el Adelantado” y su esposa viajaron a San Francisco de Campeche a reunirse con su hijo “el Mozo” y “el Sobrino”. Los mayas se habían organizado en secreto, y la noche del 8 a 9 de noviembre (5 Cimi 19 Xul, muerte y final del calendario maya) estalló una gran rebelión. “El Mozo” y “el Sobrino” retomarían nuevamente las armas para “reconquistar” la península y someter las rebeliones un año más tarde.

Epoca virreinal:

La villa de aquel entonces se edificó en torno a una plaza ocupada únicamente por la picota, una columna que servía como símbolo de poder y justicia española. Alrededor de la plaza se construyeron la parroquia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, la Audiencia y las casas de los conquistadores de rango más elevado. En torno a una plaza menor se construiría el mercado y se desarrollaría la vida comercial. La cárcel, el Palacio Municipal y la torre de defensa contra los ataques piráticos se construirían poco después.

La villa fundada por los españoles quedó un tanto apartada de la localidad maya. Los españoles hicieron su vida en torno a la plaza, en el actual barrio de San Román, mientras que los indígenas se agregaron en los antiguos asentamientos prehispánicos, actualmente los barrios de San Francisco y Siete de Agosto. Los naboríos, indígenas mexicas que llegaron con los conquistadores, ocuparon el barrio de San Román y la población de esclavos provenientes de África los barrios de Santa Ana y Santa Lucía.

El comercio marítimo condicionó el desarrollo de la villa, por lo que ésta fue diseñada con un modelo renacentista: una traza regular en damero en torno a una plaza excéntrica que, según las ordenanzas de la Corona Española, debía servir para las fiestas y ceremonias, orientada en torno a su bahía.

Una vez establecido Francisco de Montejo y León "el Mozo" en la villa, la ciudad se convirtió en la base de operaciones para la conquista del resto de Yucatán (1542-1546) que llevó a la ocupación de Ichkanzihóo (Th'o), vieja ciudad de los Itzáes. entonces abandonada, donde se fundó la capital provincial, Mérida en 1542.

A la conquista "armada", siguió la conquista "ideológica, que consistió en la implantación de las creencias doctrinales europeas, particularmente la de la religión católica. La primera orden religiosa que arribó a Campeche fue la de los franciscanos, quienes llegaron a Campeche en 1535, pero tuvieron que retirarse por una serie de dificultades suscitadas tanto por indígenas como por los propios españoles, para regresar cinco años después de que Montejo se estableciera en Campeche, en 1540.

En 1542, el rey proclamó las llamadas Leyes Nuevas, que establecían la libertad de los indios como súbditos de la Corona. La esclavitud fue legalmente abolida, pero continuaría por otros medios. La encomienda sujetaba a un determinado número de pueblos a un español, a quien debían tributar en especie (cera, mantas de algodón) y trabajo. Los que no fueron encomendados quedaron bajo la jurisdicción real y recibieron el nombre de "pueblos de la Real Corona". Los indígenas tributarios de las encomiendas españolas, continuaron sufriendo un trato que era prácticamente de esclavitud.

Los frailes de las distintas órdenes religiosas presentes lucharon por defender los derechos de los indígenas, preservar su libertad y limatar los abusos de los conquistadores. Gracias a ello, en 1547, Felipe II de España emitió una cédula real en favor de la libertad personal de los indígenas, y para cerciorarse de que sus intereses se cumplieran, creó una Alcadía Mayor para la provincia de Yucatán.

Comercio y piratería:

La posición de Campeche en el golfo de México la convirtió en el principal puerto de la península de Yucatán, destacando como punto de enlace con el extranjero, lo que permitió el auge económico y el crecimiento de la población. De ahí salieron desde tempranos tiempos virreinales cargamentos del llamado palo de Campeche, también conocido como "palo de tinte", producto autóctono de la región que daría lugar a grandes haciendas, entre las que se cuentan, Uayamón, Xanabchakán y Mucuychacán, por mencionar tres de ellas, y también de sal. El puerto de Campeche adquirió fama también por su industria de astilleros.

El monopolio comercial de España, implantado por la Casa de Contratación de Indias a sus dominios, que les prohibía comerciar incluso entre ellas y con otras naciones, propició prácticas ilegales como la piratería. Una de las medidas para frenarlas fue la promulgada en 1616 por el Alcalde Mayor de Yucatán Luis de Céspedes y Oviedo, que implicó la creación de una licencia sobre el corte y el comercio del palo de Campeche, así como nuevos impuestos. Esta primera medida fue insuficiente y contraproducente, pues lejos de abatir la piratería, la fomentó. En 1629, el Rey de España Felipe IV creó una armada guardacostas para proteger el comercio, pero esta medida tampoco dio los resultados esperados, como tampoco los dio la guarnición militar para proteger la ciudad que implantara el Alcalde Centeno Maldonado. Las constantes presiones por parte de otras naciones europeas y las continuas revueltas en sus posiciones neerlandesas imposibilitaron la adopción de nuevas medidas en contra de la piratería, que continuaba en apogeo.13

Entre los piratas más célebres que atracaron en Campeche están John Hawkins, Francis Drake, Laurens de Graaf, Cornelius Jol, Jacobo Jackson, Michel de Grandmont, Bartolomé Portugués, William Parker, Jean David Nau, Edward Mansvelt, Henry Morgan, Lewis Scott, Roche Brasiliano y Jean Lafitte.

Fortificación:

En vista a que las medidas antipirateria tomadas hasta entonces demostraban ser insuficientes, en 1651 se proyectó la construcción de fortificaciones defensivas, y se aumentó la flota guardacosta.

En 1680 se propuso la construcción de una muralla que bordeara la ciudad; la obra se puso en marcha en 1686 y se concluyó en 1704.

El ingeniero francés Louis Bouchard de Becour se encargó de unificar todas las obras defensivas que rodeaban la ciudad con un muro. A su término, el muro que rodea la ciudad de Campeche fue de 2560 metros de longitud, formando un hexágono irregular alrededor de la parte principal de la ciudad, con ocho bastiones defensivos en las esquinas. Estos baluartes tienen ahora diferentes funciones:

  • Santiago: se utiliza como el Jardín Botánico "Xmuch'haltún». Reconstruido.

  • San José (El Bajo): Destruido

  • San Pedro: Ex cárcel de la Inquisición

  • San Francisco: Protege la Puerta de Tierra.

  • San Juan: Protege la Puerta de Tierra.

  • Santa Rosa: Se remodeló como salón para exposiciones culturales temporales.

  • San Carlos: Alberga el Museo de Historia de la Ciudad. Fue el primero en ser construido.

  • Nuestra Señora de la Soledad: Protege a la Puerta de Mar. Es el más grande y alberga el Museo de Historia de la Ciudad.

Además todavía existen de dos fuertes cercanos a la ciudad, los cuales son:

  • San José (El Alto): Edificado en 1762, alberga valiosas piezas del Museo de Armas y Barcos.

  • San Miguel: Que se convirtió en el Museo de Arqueología Maya y Colonial.

Existen cuatro puertas que permiten el acceso a los principales sectores. Las entradas principales son la "Puerta de Tierra", construida en 1732, y la "Puerta del Mar".

La Puerta de Tierra se mantiene como una atracción turística, con eventos de luz y sonido que muestran cada tres noches historias locales y de temas del siglo XVII. Las otras puertas fueron Guadalupe y San Román, que eran la conexión con estos barrios.

Estos fuertes contaban con artillería de largo alcance, actualmente funcionan como miradores. Fueron construidos antes que los muros de la ciudad.

Patrimonio de la humanidad:

En 1986, el Instituto Nacional de Antropología e Historia decretó la protección federal de la zona de monumentos históricos de la ciudad de San Francisco de Campeche, al valorarla como una de las principales ciudades portuarias del Virreinato de la Nueva España y al considerar las viviendas tradicionales de la ciudad como de gran influencia andaluza, o bien caribeña. Además, los estudios de investigación cromáticos de fachadas revivieron los tímidos tonos de color deslavado en las edificaciones de Campeche en un paisaje urbano armónico y luminoso.

Los trabajos exhaustivos de intervención y restauración de la ciudad, animaron a las autoridades y a su población a postular ante la UNESCO el más importante reconocimiento que otorga el organismo, es decir, que este bien cultural fuera inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial como "Ciudad histórica y fortificada de Campeche", en diciembre de 1999.

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