Teotihuacán o Teotihuacan (en náhuatl: TeÅtihuÄcan, ‘‘lugar donde los hombres se convierten en dioses ’; ‘lugar donde se hicieron los dioses ’; ‘ciudad de los dioses’’), o también Teo uacan (en náhuatl: 'Ciudad del sol') es el nombre que se da a la que fue una de las mayores ciudades prehispánicas de Mesoamérica.
Teotihuacán es un topónimo de origen náhuatl que le fue dado a la ciudad por los pueblos nahuatlacas varios siglos después de su ocaso. Los mexicas empleaban ese nombre para referirse a las ruinas de la antigua ciudad, que tenía cerca de mil años abandonada cuando la encontraron.
Existen varias hipótesis a cerca del nombre de Teotihuacán. Una de las interpretaciones más conocidas es la que traduce el nombre como “Lugar donde nacieron los dioses” o “Lugar donde fueron hechos los dioses”. Esta interpretación está relacionada a la Leyenda de los soles, un conocido mito cosmogónico mesoamericano que ubica en esta ciudad la creación del Quinto Sol mediante el sacrificio de todos los dioses de la era anterior.
En el Diccionario del nághuatl en el español de México, C. Montemayor lo traduce como “Lugar de los que tienen dioses”. Investigaciones más recientes aseguran que su nombre quiere decir “Ciudad del Sol”.
A pesar de todas estas hipótesis, lo cierto es que se desconoce el nombre que recibió la ciudad de sus habitantes en la época de su florecimiento.
No se sabe cuál es la identidad del pueblo que fundó Teotihuacán. La ciudad ya había sido abandonada mucho tiempo antes del arribo de los españoles a Mesoamérica, de modo que las escasas referencias a la ciudad que se conservan en las fuentes históricas producidas en los años posteriores a la Conquista de México no hablan propiamente sobre los habitantes de Teotihuacán, sino de la representación que tenían de ellos los habitantes de Anáhuac después del colapso teotihuacano:
Cuando aún era de noche,
cuando aún no había día,
cuando aún no había luz,
se reunieron,
se convocaron los dioses
allá en Teotihuacán.
Dijeron,
hablaron entre sí:
- ¡Venid acá, oh, dioses!
- ¿Quién tomará sobre sí,
quién se hará cargo
de que haya día,
de que haya luz?
- Primeros memoriales de Bernardino Sahagún
De acuerdo con las fuentes coloniales, los nahuas pensaban que Teotihuacán fue construida por los quinametzin, una raza de gigantes que pobló el mundo durante la era anterior y cuyos sobrevivientes se encontraban ocultos. Los templos y las pirámides de la ciudad eran imaginados como las tumbas de los señores que fundaron la ciudad, un lugar sagrado en donde, al morir y ser enterrados, los hombres se convertían en dioses:
Y lo llamaron Teotihuacán,
porque era el lugar donde se enterraban los señores.
Pues según decían:
Cuando morimos,
no en verdad morimos,
porque vivimos, resucitamos,
seguimos viviendo, despertamos.
Esto nos hace felices
[…]
Decían: se hizo allí dios
quiere decir que allí se murió.
- Primeros memoriales de Bernardino Sahagún
Para los informantes de Sahagún, la identidad de los fundadores de Teotihuacán era desconocida. Hay varias hipótesis sobre la identidad étnica y lingüística de los fundadores de la ciudad.
La larga presencia de los otomíes en el Valle de México, ha llevado a plantear que ellos fueron los fundadores.
Los totonacos son otros candidatos a ocupar el sitio como fundadores de Teotihuacán.
La época de mayor apogeo de Teotihuacán corresponde al periodo Clásico Temprano de Mesoamérica. Sin embargo, los inicios de la ciudad deben colocarse en el primer milenio antes de la era común.
La ciudad fue construida al noreste de Valle de México, en las cercanías de la ribera norte del Lago de Texcoco. Teotihuacán se convirtió en la principal competencia de Cuicuilco durante el Preclásico Tardío. La erupción del Xitle en el sur del Valle, apresuró la caída de Cuicuilco y favoreció la concentración de la población y del poder político y económico de Teotihuacán.
Por motivos que aún no han sido del todo dilucidados, Teotihuacán se colapsó hacia mediados del siglo VIII, dando lugar al Período Epiclásico Mesoamericano. Los vestigios de la ciudad dieron origen a numerosas explicaciones sobre su presencia entre los pueblos nahuas del Posclásico, dichas explicaciones son conocidas por la labor recopilatoria de recuperación que hizo Bernardino Sahagún.